Hay personas a las que les encanta cuidar su piel, como icono de belleza natural, una forma es utilizar hielos con nutrientes para la piel. Muchas veces una cara con una piel sana refleja más vitalidad y belleza que varias capas de maquillaje.

El problema es que a veces, por mucho que nos limpiemos y exfoliemos la piel, nuestros poros se quedan permanentemente abiertos.

Es bien sabido que el hielo es un buen remedio para cerrar dichos poros, y entre los beneficios de este ritual, también se encuentra el de reafirmar y rejuvenecer el rostro, suavizando las arrugas y mejorando la circulación y la inflamación de la cara.

Hay varias formas de aplicar el hielo para la cara, pero yo he creado la mía, mezclando varios productos naturales con diversas propiedades.

El proceso es bien sencillo, una vez que hayas limpiado y exfoliado tu cara, utiliza el hielo para aplicar el “tónico” mientras, a la vez, cierras los poros mediante el frío del hielo. Después solo tienes que extender un poquito mas los nutrientes dándote un masaje facial, y listo.

Yo he preparado dos tipos de hielos, uno para la piel alrededor de los ojos y otro para la cara.

Hay muchos ingredientes que puedes utilizar dependiendo de vuestras necesidades y tipo de piel, aquí os dejo algunos de ellos, así como sus beneficios específicos sobre la piel, así como también, si queréis saber más sobre cómo preparar tónicos naturales, con aceites esenciales y vitaminas, perfectos para cada tipo de necesidades y de piel, no dudéis en echarle un ojo a este otro artículo.

Y ahora, vamos con los ingredientes.

Aloe vera: Ayuda a reparar las quemaduras debido a su propiedad antiinflamatoria. Es un gran regenerador celular y un potente cicatrizante, protegiendo la piel del daño causado por los radicales libres. También elimina las células muertas de la piel y fortalece las fibras de colágeno y elastina.

Aceite esencial de limón: es regenerador y cicatrizante, suavizando las arrugas y protegiendo la piel de infecciones. Al tener propiedades antioxidantes, también ayuda a aclarar la piel eliminando pequeñas manchas y la piel muerta, por lo que es bueno tener mucho cuidado de no exponernos al sol tras su uso.

Aceite esencial de menta: este aceite ayuda a regular la producción de grasa de la piel, mejorándola en casos de acné. Alivia las quemaduras del sol.

Aceite esencial de lavanda: es regenerante y ayuda con los problemas de acné, reconstruyendo la piel y protegiéndola de las bacterias y las infecciones debido a su poder antiséptico. Regula la producción de grasa de la piel. Es antioxidante y reduce la aparición de arrugas, también es hidratante.

Aceite esencial de romero: tonifica las pieles dañadas y envejecidas y limpia y desinfecta las pieles grasas con acné.

Miel: la miel ofrece una gran acción limpiadora gracias a las enzimas naturales que contiene. Es un buen exfoliante natural dejando la piel revitalizada y muy suave, aportando, además, una buena hidratación, minerales, vitaminas y antioxidantes.

Actúa como un regenerante de las células muertas y es efectiva como tratamiento para la piel con acné, reduciendo las impurezas y el aumento de bacterias. 

Bicarbonato: actúa como un exfoliante natural eliminando pieles muertas y puntos negros. Ayuda con los problemas del acné, y si lo mezclas con limón, incluso mejor.

Aloe vera: tiene propiedades hidratantes, antioxidantes, antienvejecimiento y descongestivas, por lo que ayuda a combatir los síntomas del cansancio y la edad.

Aceite de rosa mosqueta: es rico en vitamina A y C, previene el envejecimiento, atenúa las arrugas, atenúa las manchas de la piel, las aclara y combate la sequedad nutriendo la piel. Además, estimula la circulación y fortalece el sistema inmunitario.

Aceite esencial de lavanda: tiene propiedades calmantes y relajantes, y ayuda a drenar el fluido almacenado bajo los ojos, en los casos de las bolsas.

Aceite esencial de romero: tiene propiedades antiinflamatorias, por lo que relaja la piel bajo los ojos. Tiene un efecto hidratante, previene el envejecimiento y las líneas de expresión y está lleno de antioxidantes.

Vitamina C: es un gran antioxidante que reduce la acumulación de toxinas que se acumulan debajo de los ojos. Nutre y nos ayuda a evitar las arrugas.

Aceite esencial de menta: reduce la inflamación de los ojos, refrescando y suavizando la sensación de hinchazón.

Pepino: contiene vitamina C, ácido cafeico, reducen la hinchazón, elimina las manchas alrededor de los ojos e hidrata la piel.

Té verde: aporta cafeína natural que reduce la inflamación, además, contiene antioxidantes, que ayudan a eliminar las arrugas bajo los ojos.

Bicarbonato: limpia la piel en profundidad y la desinflama. Tiene un efecto blanqueador y antiséptico debido a su compuesto neutralizador de pH y sodio.

 

Una vez dicho esto, os explico que, para los hielos de los ojos, yo he mezclado los productos que tenía en casa, que han sido vitamina C, aceite esencial de limón, de menta, de lavanda, de romero, pepino, té verde y bicarbonato.

Para los hielos de la cara, he utilizado aceite esencial de limón, de menta, de lavanda, aloe vero, miel y bicarbonato.

En cuanto a la proporción de aceites esenciales, para no tener problemas, y siguiendo la fórmula de 2,5ml (50 gotas) de aceites esenciales por cada 100ml de base (aceite, agua…), he utilizado en cada hielo 8 gotas en total de los aceites esenciales.

Para los moldes de hielo, necesitaba uno redondeado y cómodo para utilizar cada día sin tener que necesitar un trapo para cogerlo, algo fácil de usar y rápido, por eso opté por un molde de 9 hielos con palito, hay muchas versiones diferentes y todos pueden ser muy prácticos.